Un sector en el que la aportación de los plásticos es fundamental es el de la alimentación. Cada año se desperdician en todo el mundo 1.300 millones de toneladas de alimentos. Los plásticos, y en especial los envases de plástico, constituyen una solución ideal para combatir este problema. Ofrecen muchas opciones eficientes para entregar a los consumidores alimentos con la máxima calidad y vida útil. Eso reduce considerablemente los residuos, el consumo de energía y los recursos utilizados.
Siguen a continuación algunos ejemplos de envases innovadores que demuestran la sostenibilidad del plástico y su contribución a la reducción del desperdicio de alimentos.
Menos desperdicio de alimentos
Una de las causas del desperdicio de alimentos en los países en desarrollo es la falta de soluciones de envasado y transporte adecuadas para mantener la calidad y el frescor durante el viaje del campo a la mesa. En Europa, solo se pierde un 3 % de la producción, en comparación con el 40 % de los países en desarrollo. Cuando esos países dispongan de una solución para esos problemas, el desperdicio de alimentos se reducirá drásticamente.
Prolongar el periodo de conservación
El alimento se conserva fresco más tiempo en un envase de plástico. La fecha de caducidad de la carne de ternera se puede retrasar de cinco a diez días, o incluso más, si se utilizan las soluciones de envasado en plástico más avanzadas.
Higiene y seguridad
El plástico protege contra la contaminación de los alimentos y constituye una barrera para los microbios, la humedad y los rayos UV. El envasado también evita daños físicos, lo que es especialmente importante en el transporte de frutas vulnerables como las frambuesas, por ejemplo.
Mejora de la sostenibilidad
Con un envase de plástico se obtiene más con menos: Es más ligero que los materiales alternativos y, por lo tanto, ayuda a ahorrar costes de transporte y recursos. También es muy resistente a la humedad, el calor y el frío, lo que facilita una conservación adecuada y las opciones de distribución.
Demasiado valioso para tirarlo
El envase de plástico conserva su valor incluso después de su vida útil. Se puede reciclar y convertir en nuevos productos o recuperar en forma de energía, con lo que se ahorra en combustibles fósiles.
Ahorro de recursos
El plástico ofrece los mismos resultados, o mejores, con mucho menos material en comparación con otros materiales alternativos, con lo que se ahorra energía, combustible y recursos. Si el alimento se envasa con otros materiales que no son plásticos, el consumo de energía es del doble, y las emisiones de gases de efecto invernadero prácticamente se triplican.
Innovar para superar los retos actuales
Los plásticos multilaminados permiten una vida útil sin precedentes para los alimentos perecederos. Y el uso de compatibilizadores aumenta las oportunidades de reciclar esos materiales.
Innovar para superar los retos del futuro
Está funcionando ya la primera planta de fabricación comercial que capta las emisiones de CO2 para la producción de plástico. Ahora los investigadores están introduciendo en el mercado una nueva tecnología para descomponer los polímeros no reciclables en materias primas para producir nuevos polímeros vírgenes y otros productos, con lo que se ahorran recursos naturales como gas y petróleo.
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