Cuando buscan soluciones de transporte, los diseñadores intentan encontrar el equilibrio ideal entre un elevado rendimiento del material, precios competitivos, estilo, comodidad, seguridad, eficiencia de consumo de combustible y un impacto medioambiental mínimo. La solución sostenible se caracteriza por un equilibrio óptimo entre todos esos parámetros y requisitos. Los plásticos innovadores son un factor esencial porque:
- Los componentes de plástico pesan un 50 por ciento menos que otros componentes similares fabricados con otros materiales, lo que significa un ahorro del 25-35 % en el consumo de combustible.
- Por cada kilogramo de menos, un coche emitirá 20 kilos menos de dióxido de carbono durante su vida útil.
- Los plásticos ofrecen soluciones ligeras que cumplen requisitos de seguridad esenciales, como la seguridad contra incendios.
Los aviones son un buen ejemplo de la relación existente entre el plástico y la innovación en el diseño en una aplicación muy moderna y exigente en cuanto a materiales. Desde los años setenta, el uso del plástico en los aviones ha pasado de un 4 % a un 50 % aproximadamente.
En el sector de la automoción, los plásticos permiten la absorción de energía, la reducción del peso y un diseño innovador, a la vez que contribuyen a la seguridad de los pasajeros. Características como la amortiguación para los parachoques, la supresión de los riesgos de explosión del depósito de gasolina, los cinturones de seguridad, los airbags y otros accesorios vitales, como los asientos de seguridad de plástico duradero para proteger a los niños, convierten al plástico en el material más seguro para aplicaciones en la automoción.
El plástico también se encuentra en la vanguardia de la innovación sostenible, dado que un coche contiene, en promedio, 120 kg de plástico (aproximadamente un 15 % de su peso total). Los modernos automóviles prototipo son un ejemplo perfecto de cómo la innovación, posible gracias a los plásticos, también aporta beneficios ambientales. El coche incluye una gama de termoplásticos de alta calidad que aportan flexibilidad de diseño, y, lo que es más importante, la ligereza de esos plásticos significa que el coche utiliza un promedio de 3,3 litros de combustible cada 100 km ¡y emite solo 86 gramos de CO2 por kilómetro!
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